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Resistencia a los antibióticos: Una pandemia silenciosa

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La resistencia a los antibióticos causa al menos 750.000 muertes al año, la mayoría entre la población infantil de los países más pobres. Urge una acción global para detener una pandemia de crecimiento lento, pero sostenido.

La  OMS amplió el enfoque de la campaña de solo los antibióticos a todos los antimicrobianos, es decir, incluyendo los antirretrovirales, los antifúngicos y los antiprotozoarios. La OMS dijo que encuadrar la respuesta a la resistencia a los antibióticos (RAB) dentro de la agenda más amplia de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), en la cual se incluye al VIH y la malaria, “facilitaría la sinergia programática y la eficiencia, a la vez que catalizaría acciones a nivel nacional para combatir las infecciones resistentes a los medicamentos”. No obstante, si bien hay muchos aspectos en común entre la RAB y la RAM, también existen importantes diferencias que justifican prestar atención específica a los antibióticos..

Aunque existen cifras agregadas sobre la carga mundial que representa la RAM (la cifra más citada proviene de Reino Unido, de la revisión independiente de RAM para el período 2014-16; dicha revisión, presidida por el economista Jim O’Neill, ofreció una cifra de 700.000 muertes al año), dichas cifras sub-representan el problema de la RAB, debido al limitado alcance de las bacterias cubiertas. En realidad, las estimaciones sugieren que la RAB por sí sola causa más de 750.000 muertes al año, y que la cifra más alta de muertes  probablemente ocurre entre los niños que viven en los países más pobres. En una encuesta mundial reciente, el 79% de los médicos que tratan a recién nacidos notificó una tendencia creciente de infecciones resistentes a múltiples fármacos a lo largo de los últimos cinco años, mientras que el 54% citó la RAB como la principal causa de fracaso del tratamiento para la sepsis neonatal, una infección de la sangre que afecta a los recién nacidos.

El mal uso de los antibióticos está haciendo que las bacterias sean cada vez más resistentes. El efecto de estos fármacos disminuye y tenemos menos posibilidades de combatir algunas infecciones. Para abordar este enorme problema son imprescindibles dos acciones: concienciar a la sociedad para un uso más racional de los medicamentos y buscar nuevos compuestos. El proyecto internacional MicroMundo trata de realizar las dos cosas a la vez, una iniciativa en la que participa el Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG, centro mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca). La idea es contar con estudiantes universitarios y de enseñanzas medias para entrenarles en el campo de la investigación, generar una cultura científica y que puedan colaborar en la búsqueda de microorganismos productores de nuevos antibióticos. Al mismo tiempo, son los estudiantes universitarios y los responsables del proyecto los que llevan a cabo la supervisión de la investigación y la labor divulgativa destinada el conjunto de la población.

 

El problema de la resistencia a los antibióticos es “la pandemia silenciosa”, comenta en declaraciones a DiCYT Beatriz Santos, investigadora del IBFG y coordinadora de MicroMundo en Salamanca. “Hay antibióticos que se utilizan para combatir las infecciones bacterianas pero algunas bacterias son resistentes a ellos y este proyecto busca soluciones intentando encontrar microorganismos que produzcan nuevos antibióticos”, afirma.

 

Las bacterias tienen una gran capacidad para sobrevivir en un entorno repleto de antibióticos. Cuando usamos estos fármacos, “muchas mueren, pero otras son capaces de resistir, así que cuando empleamos antibióticos en exceso, estamos seleccionando las bacterias resistentes, que están en el ambiente y pueden infectar a las personas”. Durante décadas se han utilizado para el engorde de los animales de granja. En el ámbito médico, son indispensables para curar muchas patologías, pero a veces se utilizan de forma inadecuada. Por ejemplo, los pacientes toman antibióticos para enfermedades no bacterianas o no completan los tratamientos, favoreciendo que no se eliminen del todo estos microorganismos y sobrevivan los más resistentes.

 

Por eso, desde hace tiempo se están tomando medidas, como el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN). De hecho, “en España ya se está viendo una reducción en el uso de los antibióticos”, tanto en el ámbito veterinario como sanitario. Sin embargo, no es suficiente. Por una parte, la sociedad todavía es poco consciente del problema. Por otra, ya hay cepas bacterianas convertidas en auténticas 'superbacterias', porque no responden a la acción de los fármacos, así que es necesario conseguir nuevos compuestos.

 

https://www.project-syndicate.org/commentary/antibiotic-resistance-silent-pandemic-developing-countries-by-patricia-geli-and-otto-cars-2021-01/spanish